lunes, 15 de octubre de 2007

QUE CURIOSO ES EL DESTINO


"Prohibido ovlidar" de una canción de Rubén Blades.

Es curioso ver en la televisión, en canal 13, en el noticiario entrevistada por Pablo Onorato, el eterno periodista de los tribunales, a una de las hijas del dictador Pinochet, Lucia creo, contanto su lastimosa experiencia en la cárcel pública de Santiago, donde pasó la noche tras ser arrestada por el supuesto enriquecimiento ilícito con fondos fiscales.


Lo que me causó extrañeza, fue escuchar, como contaba lo denigrante de la situación, lo pequeño de la celda o lo humillante que fue todo.


Antes de continuar, yo no creo en la ley salomónica del ojo por ojo, pero sí creo que las cosas que uno hace se pagan, tanto las buenas como las malas.


Hecha esta explicación, les digo a toda la familia del ex dictador de Chile, que es la ínfima parte de lo que ustedes pasaron, pasaron todos los perseguidos por su régimen de dolor y exterminio. Hubo gente que sufrió mucho y fue vejada a diestra y siniestra. Es bueno a veces que se den cuenta que es ser un preso político, por suerte, este régimen en el cual vivimos no los torturó, y espero de todo corazón, que la tortura sea erradicada de la raza humana, pero todo el dolor y la humillación que siente en carne propia, miles de chilenos la sintieron por su culpa, por creerse dueños de la verdad y manejar nuestro futuro a su antojo.


En realidad, en lo personal me importa un comino si se robaron plata o no (además, claro que se la robaron!!), porque no la devolverán. Gracias a esto y otras cosas, como la subvención a la banca privada en la primera mitad de la década de los ochenta, los colegios públicos son lo lamentable que son, la salud es paupérrima y todos los servicios públicos deficientes. Toda esa riqueza que no tenemos y tienen ustedes nos dejan sumergidos en el subdesarrollo económico y espiritual. Pero en otra ocasión vomitaremos esos comentarios.


Lo que si me importa, es que pasarán a la historia como una familia que robó fondos público, que los depositó en cuentas bancarias con nombres falsos, que dispararon, directa e indirectamente a sus propios compatriotas por el simple hecho de pensar distinto, de querer que la gran mayoría de los chilenos tengamos acceso a educación de calidad y a bajo costo, de salud digna, de viviendas honorables. Esos que ahora están muertos o desaparecidos, vuelven a nuestra memoria con más fuerza y se arraigan en la memoria colectiva de esta nación y entran a los libros de historia como víctimas de su incomprensible odio.


Una muestra de que son una familia de delincuentes, es que la viuda del dictador se declaró enferma en el mismo instante de su notificación, al igual que un vulgar delincuente que se dispara en el estómago para ir a parar a la posta central y no a la cárcel.


Estas cosas no me dan ni pena ni alegría, sólo me dejan conforme, ya que las generaciones que nos sobrevivirán sabrán, que las cosas malas que hicieron no se comparan con lo que ellos creen que hicieron bien.


La memoria nos sirve para no cometer los mismos errores.

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