lunes, 15 de octubre de 2007

CHE

"... sin embargo los ojos incerrables del che
miran como si no pudieran no mirar
asombrados tal vez de que el mundo no entienda
que treinta años después sigue bregando
dulce y tenaz por la dicha del hombre."
Del poema "Che 1997" de Mario Benedetti.


Este año se conmemoran los 40 años de la caída en combate del Comandante Che Guevara en Bolivia, y quisiera dedicar estas líneas a ese acontecimiento.
Como leí por ahí, muy pocos conocen la personalidad del Che, todos lo relacionan con su afán revolucionario y su postura rebelde al neo liberalismo y al libre mercado, pero este hombre, tan serumanos como cualquier otro, se destacó por eso y muchas otras cosas.
Ernesto Guevara estudió medicina en Argentina, conoció el sufrimiento de casi toda Latinoamérica en vivo y en directo al recorrerla en la década de los cincuenta - sesenta. Fue ministro de estado en Cuba, escribió libros y nos dejó un tesoro enorme en sus palabras.
Debo aclarar que yo no creo en la lucha armada. No creo en la imposición a golpes de las ideas. Creo en el respeto del otro y en la posibilidad de elegir y equivocarse en la elección. Mas no critico sus prácticas guerrilleras, ya que en ese momento se vivía otro contexto y yo aún no nacía, pero sí es admirable ver a un serumano morir por lo que cree.
En sus escritos, el Che irradia una ternura incomprensible para un tipo que toma una metralla para destruir a otro, y quizás sea eso lo que me impresiona. Su manera de hacer suyos los sentimientos y pesares de los demás, de jugarse por entero a lo que él estima que es lo correcto. Esas son las cosas que se echan de menos en este tiempo. Si nuestros políticos tuvieran una minúscula parte de su entereza e integridad, serían buenos representantes del pueblo.
El Che murió en combate, lo acorralaron, lo apresaron y lo mataron. Lo expusieron como trofeo de guerra al mundo anunciando que el comunismo - socialismo - latinoamericano estaba acabado. Los millones de dolares yanquis aniquilaron el sueño libertario de un hombre y una generación. Le cortaron las manos para comprobar su identidad y lo sepultaron secretamente para que sus seguidores no hicieran de el un mártir.
Tuvieron razón de que el socialismo se erradicó de la América morena hasta la aparición, a través del voto popular y al amparo de la leyes locales, del presidente Salvador Allende. Pero el movimiento revolucionario organizado murió al morir su cabeza. Es por eso que siempre perdemos, porque siempre dejamos que un líder visible nos guíe por el camino que elegimos, y cuando no está, perdemos el rumbo. Quizás se la crítica más dura que hago al movimiento del Che, y es la enseñanza mas dolorosa que deja su muerte, aprendida muy bien por el movimiento zapatista del estado de Chiapas en Méjico, donde es dirigida por el Sub comandante Marcos, el cual no tiene rostro y puede ser cualquiera de ellos, y es sub comandante porque el comandante es el pueblo.
Hoy en día no nos hace falta el Che, nos hacen falta miles de Che, quizás millones, que seamos capaces de ir a buscar nuestros sueños, no esperar que nos lleguen, de esforzarnos por conseguir lo que queremos como una comunidad unidad.
Pasarán un par de generaciones por lo menos para que el pueblo de nuestro país se sienta nuevamente integrado al dolo latinoamericano. Hoy, estamos muy embobados por el destellos de los espejos de colores que nos muestran las vitrinas de los mall. La prosperidad económica de un sector de la sociedad post dictadura hizo endurecer el corazón y encegecernos como comunidad y ensalzar la induvidualidad, lo cual es contrario a la doctrina del Che.


Volviendo al Che.


Hace diez años más o menos, volvió el nombre del Che a ser mundial, cuando se encontraron sus restos en Bolivia y fueron trasladados a Cuba. Nuevamente se supo de él , se hicieron conciertos y se le hicieron canciones, poemas, cuadros, esculturas, homenajes, y de un cuanto hay. Pero el imperio se preocupó poco por este despertar, ya que sabía que la imagen del revolucionario quizás no crecería como mártir, sino más bien como mercadería... y así no más fue. Lo dibujaron en poleras, lo pegaron a chapitas, y lo vistieron de guerrillero y no de serumano, y nos volvieron a ganar. Hoy, diez años después, la prensa cultural y política más cercana a su pensamiento lo recuerda con ímpetu, alejada de publicidad y de la masa ignorante que se deja llevar por todo lo que le dicen sin querer saber más sobre las cosas. Por lo menos, eso hoy me deja conforme... mañana, no lo se, sólo se que esto no está bien, quizás su modelo tampoco, pero creo firmemente que esto tiene que cambiar algún día a un sistema más justo, el cuál no creo que pueda ver.

No hay comentarios: