lunes, 15 de octubre de 2007
CHE
QUE CURIOSO ES EL DESTINO
domingo, 9 de septiembre de 2007
Serchileno
"Pero esta pendiente la respuesta a la pregunta formulada desde comienzos del siglo XX: ¿por qué Chile no ha logrado superar el subdesarrollo?. Planteada en términos mas positivos, "¿por qué Chile no es una gran nación industrial?".
Esta es una interrogante mas general, valida para toda América Latina. Para sistematizar el análisis, Hirschman (1961) sugiere dividir dicha pregunta en dos partes: 1) ¿qué factores explican la brecha existente con los países desarrollados? ¿por qué esta no se cierra? 2) ¿qué es necesario hacer para eliminar esa brecha?
Una revisión esquemática de las respuestas a estas preguntas permite observar una alternancia entre los factores internos y externos. En las explicaciones predominantes hasta 1930, los factores internos son considerados la causa del subdesarrollo. Destaca por su extremo simplismo la hipótesis racista de Encina, quien sostiene que la mezcla de las razas española e indígena abría generado una inferioridad racial irreversible. Una hipótesis distinta, previamente ilustrada, se refiere a la escasez de mano de obra calificada, y en particular a la escasez o inexistencia de empresarios propiamente tales.
Los empresarios chilenos son una especie de aventureros que quieren hacerse ricos de la noche a la mañana. Esta es la imagen proyectada por Encina, quien es particularmente severo con ellos: "el empresario chileno tiene la misma psicología que el conquistador español; la obsesión de lograr una fortuna de un golpe o en una aventura extraña" (...) "no vacila en recorrer mares y tierras desconocidas tras de un tesoro quimérico, pero renuncia a adquirirlo si para ello es necesaria la labor metódica de algunos años"; el trabajo metódico y permanente "repugna al chileno".
Pero las soluciones planteadas para cerrar la brecha del subdesarrollo formuladas en aquel entonces están totalmente desconectadas del diagnostico. Para salir del subdesarrollo se sugiere imitar a los países desarrollados, lo que implica establecer y mantener políticas económicas como el laissez-faire, comercio libre y patrón oro, además de atraer inversión extranjera. Si el diagnostico de Encina era correcto, la solución obvia consistía en promover la inmigración masiva, como lo hicieron entonces otros países del continente americano..."
En ese momento, me ocurrió algo que no esperaba, que fue rabia por el comentario racista que exponía el profesor casi como propio, y nació abruptamente, aunque por un instante solamente, un sentimiento de nacionalismo sorprendente, ya que el profesor empezó a martillar contra nuestra mediocridad como nación con otros datos, por lo cual , después de madurarlo un poco, digamos unos cuantos pares de segundos, rebatí el comentario que me pareció casi soez contra este pueblo, que en ese momento por supuesto también hice mio. No recuerdo mucho que le dije, pero ese primer comentario que hice a sus elocuentes razones de por qué estamos en el sub desarrollo o a vías eternas del desarrollo hizo que, clases futuras, tuviéramos siempre un debate sabroso sobre este tema.
Después de pensarlo con más calma, encontré que quizás estos tipos tenían razón. No será una falla genética la que nos mantienen en esta condición? Quizás si... quizás no, pero lo que sí es cierto, y que lo descuelgo del comentario de Encina es que los empresarios chilenos, y en general todos nosotros, no emprendemos empresa alguna si no vemos frutos inmediatos. En esos días estaba de moda el asunto de las carreteras concesionadas, donde un grupo de españoles, que participaron en la licitación pública del mop, la ganaron y a esa altura ya sus balances ostentaban utilidades que se esperaban en varios años más adelante. Los empresarios chilenos veían eso como casi un fraude y una ofensa a todo nuestro país, porque más encima querían subir el valor del paso por el pórtico. Yo, que siempre, o casi siempre, defiendo al que nadie lo hace, vistiéndome con ese traje a la medida del abogado del diablo, salí a la defensa de los pobresitos españoles, argumentando que los chilenos también pudieron haber ganado esa licitación, pero como la rentabilidad de la inversión se pronosticaba como en diez años más (creo) no lo hicieron. Tanta plata que había que poner para recién ver lukas en muchos años más...
Lo mismo pasa con tantas otras concesiones y licitaciones.
Pero mi análisis lo llevé más aterrizado a nuestras vidas cotidianas.
Cuántos no hacemos algún negocio porque hay que trabajar mucho para ver los frutos? Cuántos compramos juegos de azar para ver, si de noche a la mañana, somos multimillonarios y se nos solucionan todos los problemas económicos de una vez? Cuántos no estudiamos o continuamos nuestros estudios, aludiendo que son muchos años de sacrificios para ver los frutos cuando ya estemos viejos? o tantas otras escusas???
Es cierto, los chilenos no somos para nada sacrificados, esforzados ni trabajadores como nosotros mismos nos hacemos creer. Esperamos siempre que otro tenga la solución, que el estado se haga cargo de nuestros problemas y nos sentamos a esperar. Para los creyentes, que dios desde su cielo nos traerá la solución, y a la larga no hacemos nada para que nosotros mismos cambiemos nuestra situación. Total, siempre será más fácil recurrir a la crítica, al lamento y hacer reverberar el problema sin plantear solución alguna que no sea echarle la culpa a otro, y no hacernos responsables de nuestra propia suerte.
Con esta reflexión quiero comenzar la celebración de las fiestas patrias, que por lo demás son exquisitas, y me llenan de recuerdos que me hinchan el alma, y heridas de pueblo que se mantienen latentes y con cicatrices frescas.
Pero como decía yo por ahí, y con esto termino, aún no todo está perdido, y siempre depende de nosotros cambiar nuestro destino.
jueves, 30 de agosto de 2007
Bienvenida y Auto bienvenida
"Ya basta de leer lo escrito, hoy es tiempo de escribir"