martes, 3 de junio de 2008

CAMPEON


Después de salir del dentista y ver la mayor parte del primer tiempo de la final de ida en la calle con el frío y la anestesia acompañándome junto a un grupo de colocolinos que estaban esperando ver los goles de sus ídolos para hacer llorar los sueños de esos que no militamos en equipos populares, volví a mi casa a escucharlo por radio mientras planchaba mis camisas y descansaba del tratamiento dental y faltaba a clases en la u.

Al final del partido, con la ilusión destrozada y el ánimo futbolístico por los suelos, comprendí que convertirle 3 goles y no recibir ninguno es una hazaña tan grande que ni el mismo pelao acosta podía lograr.

Me preparé para ver la final de vuelta en casa de mi primo, colocolino de corazón y aguantar sus burlas cuando me resfregara en la cara su pentacampeonato del fútbol chileno. Lamentablemente el país fue declarado en duelo nacional y el partido del sábado se postergó para el martes, entonces solo pensaba que la agonía se hacía más larga y que, en realidad, mientras más pasa el tiempo el dolor también se apacigua y el ánimo y la esperanza crece.

Hoy martes (aunque este blog será publicado con fecha miércoles) luego de mi clase de comportamiento organizacional, recibo un mensaje de esos amigotes de tiempos lejanos, donde me dice "y que le echamos". Yo, que no se me quita lo parafernálico, pensé que me estaba invitando a parrandear como de vez en cuando se nos ocurre hacerlo, pero no era así. Cuando ya estaba comenzado el segundo bloque en clases de administración de la producción un compañero me hace el alcance que everton, el equipo que adquirí cuando era pequeño, iba ganando por un gol a colo colo, entonces comprendí el verdadero sentido que tenía ese mensaje y que iba orientado a apostar por el resultado del segundo tiempo y final final de la final. Como no tengo casi nunca cargado mi celu con plata, no le respondí y seguí poniendo atención a mi clase.

Mi alegría fue mayor, cuando mi compañero, escuchando los comentarios en su radio del celu escucha que everton es campeón, pero yo el digo que es casi imposible porque tenía que hacer 3 goles y no recibir ninguno para ser campeón, pero luego de un par de minutos, otro grupo confirma el resultado: 3-0 para everton y se alza con su cuarto campeonato que no recibía desde el 76.

Debo confesar que mi alegría no cabía en el pecho, que no todo es una ecuación matemática y que las sorpresas en la vida existen y te brindan más alegrías cuando se consigue lo que parecía imposible e impensado o cuando llega lo que nunca pensaste que ibas a vivir.

Yo, con mi equipo de provincia y ratón, que peleamos siempre por no descender y cuando descendimos, peleamos por llegar a primera, nunca pensé que iba a vivir este momento de gloria futbolera, esta alegría de hincha honorífico y a la distancia y crítico de todo el fútbol nacional, pero debo admitir que no hay sentimiento más hermoso que el del triunfo, el de saber que nadie es mejor que uno hoy, en esta fracción de segundos.

Es una pena que el equipo más popular de chile pierda una final así, y que pierda haber conseguido 5 campeonatos seguidos, y que pierda habiendo gastado US$4 MM para retener a 2 jugadores, pero jugaron frente a un equipo que dirige un tipo con suerte, que nos llenó de alegría al llevarnos al mundial después de 16 años y nos hizo soñar con ganarle a italia en un partido donde nos robaron nuestro primer triunfo mundial, no contaron con la fuerza anímica de once jugadores que se dieron por entero a anotar 3 goles (que pudieron ser 4) en 45 minutos, siendo que no pudieron hacerlo en 135.

Pero así es no más queridos amigos, amigotes y familiares varios, y hoy al igual que en otras ocasiones les tocó agachar la cabeza y volver a sus casas con las banderas tristes a lamentar haber tenido el penta en la yema de los dedos, y haberse quedado con una boleta del porte de 3 goles.

domingo, 20 de enero de 2008

EL BUFON


La otra noche, en Plaza Ñuñoa, donde los fines de semana de los veranos se viste de arte callejero con payasos, títeres, cuecas y demases, vi un espectáculo que me pareció bastante fome, y de hecho no tendría ni siquiera que esforzarme en hacer comentario alguno, pero me llamaron la atención varias situaciones que acá les contaré.


Resulta que después de un entretenido espectáculo de una pareja de argentinos que ya había visto el año anterior, apareció un personaje que parecía un payaso, que empezó a organizar sin gracia y con bastante desprecio a los niños siempre inquietos que ven en este tipo de espectáculo una oportunidad de hacerse notar y lucirse entre sus familiares. Este actor dijo interpretar a un bufón, después de comentarios sarcásticos y sin gracia hacia los espectadores, que poco a poco iban pasando de caras llenas de risa a caras de desconcierto al no comprender qué era lo que pretendía hacer. Después de tratar de controlar a esa masa de infantes inquietos y ponerlos lo más lejos posible de donde él estaba actuando, empezaron desde el publico algunos diálogos en que, obviamente le manifestaron su pensar en lo desagradable que estaba resultando su actuación y su trato poco cortés con los niños. El actor explica un tanto nervioso, lo cuál no se notó ya que lo disfrazaba con su personaje, que el era un bufón y que los bufones se caracterizaban por ser pesados. Qué raro, pensé, ya que al azar me preguntó si conocía a los bufones y yo le dije que sí y me volvió a preguntar que cómo son, y yo mirándolo con cara interrogante él exclama "no tiene idea". Para mi un bufón es un payaso que hace reir a las cortes de la Edad Media, sobre todo a los reyes, por lo cual para mi son artistas amparados por los poderes de turno. En cambio, el llevaba el espectáculo hacia otro lado. Si bien es cierto hizo algunos malabarismos con unas bolas de vidrio, en lo cual también se acerca a los bufones, no hizo nada más interesante, excepto casi al final del show, donde vió que no consiguió la empatía de todo el público, hizo un truco que yo vi hace años en La Serena y hace poco en Stgo Centro, donde un tipo, muy gracioso por lo demás, metía su cabeza por completo en un globo, y como un gato que se defiende de espaldas de un ataque masivo, salvó su presentación.


El hecho es que antes que se diera cuenta de que no tuvo buena acogida, a cada rato hacía ver que estábamos todos equivocados, que su espectáculo no gustaba porque todos veían Rojo y por eso teníamos nuestras neuronas atrofiadas, invitaba a los que lo criticaban a pararse delante y hacer arte callejero, que como todos eran abogados o arquitectos no valoraban el oficio del actor, y otras bobadas que no recuerdo. El broche de oro de sus palabras lo puso cuando viene el clásico ritual de "cobrar la entrada", donde empezó a comparar que si una familia con 5 niños iba al cine le salía mucho más de los 10 pesos que no podían darle, y que la forma de valorar su arte callejero era dándole billetes.


Para mi, el arte es una elección, como todo en la vida, pero sobretodo el arte es una elección delicada en estos tiempos, porque es muy difícil ser un artista acomodado, excepto si sales en la tele, por lo cuál siempre será una profesión amparada en la vocación y en aprender a vivir con lo que se gana. Nadie estudia arte porque tuvo mal puntaje en la psu, ni porque quiera tener una casa en la playa, ni porque quiera ir de vacaciones a miami todos los veranos y a españa en las vacaciones de invierno, y es por esa y otras muchas razones que los artistas, los buenos claro, son gente respetable para mi. Pero este tipo empezó a volcar su bronca social y su desprecio a los que no elegimos ser artistas sin ninguna provocación de por medio, lo cual lo vuelve un resentido y un tipo poco profesional, donde en vez de ganarse el aplauso lo impone y le pone precio a un espectáculo callejero, donde es el pueblo quien le coloca un valor monetario a este tipo de arte. Cuando uno elige ir a ver una obra al teatro, una película, escuchar a algún grupo musical, uno paga una entrada pensando en la comodidad que pueda tener al ir, la producción del evento y tantas otras cosas. En la calle, no hay nada de eso, sólo está la paciencia del espectador que quiere empaparse de cultura por poca plata, la incomodidad de un escenario improvisado donde no existen butacas ni sillas ni luces ni nada, es donde el artista demuestra sus cualidades a capela y donde el público agradece el arte con aplausos y monedas generosas.


Este acontecimiento me hizo pensar mucho en la misión de los artistas en nuestra sociedad, de su lugar en este mundo donde a casi nadie le importa lo que no produce ganancia o no genera plusvalía.


Al final del espectáculo, hubo gente que sí le agradó su show, que le brindó muchos aplausos y plata, pero a mi no, lo encontré mediocre lo que mostró y lo encontré mediocre a él.


Hay que recordar que cuando hacemos una cosa que creemos que es lo que debemos hacer, debemos hacerlo con pasión, con consecuencia y dando lo mejor de nosotros sin esperar que nos llenemos de fama y oro.


Les regalo hoy esta canción de Ignacio Copani, un cantautor argentino, que es uno de mis tantos manifiestos de vida.


El juglar

Yo no canto en los palacios y salones,
ni tampoco quiero ser bufón del rey
pues prefiero cantar fuera de la ley
esparciendo a cuatro vientos mis canciones.

Yo no canto en los palacios y salones
ni me ponen en la yunta como a un buey.

Y la vez que el poderoso me ha llamado
invitándome a la cámara real
letra a letra mi canción canté tal cual
como lo hago en la taberna y el tablado.

Y la vez que el poderoso me ha llamado,
me ha llamado peligroso y desleal.

Yo jamás quise cantar ni cantaría
por hacerle grata al rey la digestión,
no he nacido ni estudié para bufón
y mi oficio siempre fue la juglaría.

Yo no canto en los palacios y salones
que me sepa perdonar su majestad
pues mi vieja y vapuleada dignidad
pesa mas que sus blasones
su corona y sus millones.

Yo no canto en los palacios y salones
y no paso con codicia mi sombrero
no se puede ser juglar
si se canta por ganar
sólo dinero.